martes, 30 de diciembre de 2008

La huelga de "El País" afila los cuchillos en Prisa con un análisis

Un día después de la huelga decretada por la plantilla de El País, las valoraciones sobre el conflicto laboral desencadenado en el diario de Prisa son tan dispares como las versiones acerca de la situación en dicho rotativo.De un lado, los directivos han vendido que la huelga ha sido un fracaso al haber conseguido poner en los quioscos los ejemplares correspondientes a los días de huelga. De hecho, se ha asegurado que se tiraron 800.000 ejemplares, llegando a más de 30.000 puntos de distribución. Incluso se ha incidido en que el sábado, primer día en que el parón afectaba a la producción del diario, éste fue nutrido con exclusivas.Por otro lado, la versión de los huelguistas no es tan triunfalista para la empresa. Y es que se recuerda que el objetivo no era tanto parar la presencia de El País en los quioscos como alertar sobre la situación que se vive en el diario. No obstante, fuentes cercanas al Comité de Empresa señalan a El Semanal Digital que se lograron una parte sustancial de los objetivos: conseguir poner sobre la mesa las reivindicaciones y dar un aviso a la dirección y a la empresa. Lo cierto es que la huelga de El País ha estado presente en numerosos medios y que el producto colocado en los quioscos poco tenía que ver con el habitual de Prisa: los ejemplares fueron adelgazados y las informaciones no se firmaron. En última instancia, ha puesto de relieve que la situación en El País no es tan idílica como se pretendía.Además, como efecto colateral bastante llamativo, no ha pasado desapercibida la columna publicada por el presidente de la Asociación de Periodistas de Madrid, Fernando González Urbaneja, en un medio digital. En ella comenzaba con una declaración de intenciones ("Nunca me han gustado las huelgas de periódicos") y la tildaba de "huelga fallida" ante unos "criterios de gestión razonables", en referencia a la segregación de una cincuentena de empleados de publicidad del diario para su colocación en otra empresa publicitaria de Prisa.El artículo de Urbaneja ha caído como una bomba en la redacción de El País y en ámbitos sindicales periodísticos al tildar de "privilegios salariales" las tablas publicadas la semana pasada por la dirección del periódico en una noticia con firma colectiva. Medida, por cierto, que fue criticada por algún "histórico" como Enric González, que apuntó como fruto de una "casualidad" el que se hubieran olvidado de publicar las tablas salariales de la directiva.Sin duda, el párrafo final del texto de Urbaneja proporcionaba un análisis de la actual situación de dicho periódico: "La raíz de la huelga se explica y entiende mal, su fracaso peor aún, y la inflexibilidad de la empresa para gestionar el conflicto pone de relieve que algo huele raro en esa casa. Queda claro que el editor manda y domina, pero también que aguas abajo el entusiasmo es limitado y el dialogo deficiente. ¿Casa esa realidad con las posiciones de la línea editorial del medio tan propenso a dar consejos a los demás?"

http://www.elsemanaldigital.com/articulos.asp?idarticulo=91304

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