domingo, 4 de julio de 2010

El alma de los quioscos.


CARLOS GARRIDO



Esto de los artículos ciudadanos puede terminar convirtiéndose en una necrológica constante de tiendas y establecimientos.

Las desapariciones se suceden a una velocidad difícil de alcanzar por las reflexiones y las crónicas.

Y mientras tanto se evaporan los testimonios ciudadanos.

Son sustituidos por nuevos personajes y otras historias.

Varios lectores me han escrito reseñando la pena que les originó el cierre del Quiosco Reina.

Es curioso que un local tan pequeñito, siempre atiborrado de postales, periódicos y revistas, ocupara un espacio tan grande en el corazón de la ciudad.

El quiosco siempre estará asociado a aquel Born de otros tiempos, del yate Rizz, el jardín del Wagons Lits Cook y la cigarrera de Sant Feliu.Antonia, la quiosquera, es un personaje entrañable. Todos la recuerdan con cariño.

Y otro elemento que no debería perderse es el letrero luminoso tan sesentero: "Prensa y revistas españolas". Representa una estética, un momento del diseño marcado por el resurgir de una Palma cosmopolita, escenario de reportajes y películas.

El cierre de este comercio viene a coincidir con el naufragio de los quioscos callejeros de Palma. Ahí los tenemos, cerrados, degradados. A veces, a su sombra se instala un vendedor ambulante con su mesita de cámping.

En un esfuerzo por mantener aquel puesto de venta. Incluso el quiosco de unos grandes almacenes de Jaume III ha desaparecido.

Lo triste de muchos de estos cambios es que con ellos se pierde el factor humano. Donde antes había una tienda personalizada, con nombres y apellidos, se instalan ahora franquicias y sucursales de empresas grandes.

Será difícil que recuperemos a las muchas "Antonias" que la ciudad va perdiendo, que desaparecen por las sombras de la actualidad de forma irremediable. Sustituidas por las franquicias, el negocio multinacional y la impersonalidad.


4 comentarios:

Anónimo dijo...

Quiosquero, es triste decirlo, y mas dolorosa pensarlo, pero si los vendedores no tomamos la sarten por el mango, pronto seguiremos el camino de muchos vendesdores anomimos, que vivieron para el quiosco y que para esos despotas de las distribuidoras, solo han sido NUMEROS Y CUENTAS DE RESULTADOS PARA EL MANDAMAS DE TURNO. un saludo, AMIGO.

BANDOLERA dijo...

Realmente, es una pena. El efecto "socializante" de la llamada "globalización" lleva a eso, y aunque es obvio que el quiosco tiene otros problemas añadidos, la despersonalización en el comercio (en el que desaparecen pequeñas y familiares tiendas para dar paso a grandes cadenas) es un fenómeno que nos pringa a todos. La iniciativa privada del individuo,que no del capital,va a ser un fenómeno propio de siglos pasados. Con todo lo que ello implica. para mí, horroroso.

BANDOLERA dijo...

Es curioso, yo había dejado un comentario y ahora veo que no se había publicado! En fin, decía más o menos que es una pena, el efecto "socializante" de la llamada globalización genera la desaparición de pequeñas tiendas familiares (gran tejido comercial en España, por cierto..)en pro de las grandes cadenas y multinacionales. La despersonalización del comercio (y de todo en general)es un fenómeno penoso que por supuesto no ayuda en lo más mínimo a la iniciativa privada personal (que no la del "capital", que forma parte de esa estructura "socializante"), y coarta por o tanto las libertades y el desarrollo personal. Que los quioscos tengan además otros problemas añadidos no invalida que este triste fenómeno se dé en todos los sectores. Una pena, y un peligro. Saludos.

BANDOLERA dijo...

¡Porras!! ¡¡Ahora salen los dos!!