El pasado 31 de agosto [“Una nueva agresión contra los quiosqueros”], nos hacíamos eco de la situación informativa creada a raíz de las circulares informativas de las organizaciones para la defensa del consumidor (CECU y AVACU), que advertían sobre los posibles problemas que podían derivarse de la adquisición de coleccionables a través de los puntos de venta o, para ser más exactos, recomendaban adquirir las colecciones por medio de las suscripciones, puesto que ello “puede tener más garantías”.
La Asociación, rápidamente, contestó y se posicionó ante estas recomendaciones y por el contrario animó a que el consumidor, el cliente de los quioscos, pueda adquirir sus colecciones con iguales o mayores garantías que a través de los envíos y entregas por correo a su domicilio.
Dijimos al final de la noticia que seguiríamos informando y opinando. A ello vamos.
PRIMER ARGUMENTO (lo iniciamos a modo de pregunta): ¿Queda algún sector del conjunto de la sociedad que de una u otra forma no se haya metido contra el quiosco de prensa y contra sus intereses comerciales?. Hasta ahora hemos aguantado los embates de la ley antitabaco, las críticas antiporno, la aparición de gratuitos en nuestras mismas narices, la asociación de defensa de los insectos ante colecciones… sólo faltaba que algún sector social se metiera contra otro producto —los coleccionables— de nuestra, ya de por sí, mermada y laminada oferta comercial. En este caso no es que nos hayan prohibido vender coleccionables (todo llegará) es que atendiendo a unos “criterios de defensa del consumidor”, recomiendan que un producto que nosotros vendemos sean adquiridos por otro canal, el de las suscripciones.
Si no es porque nosotros no somos mal pensados llegaríamos a la conclusión que tras estas recomendaciones están otros intereses comerciales. Si no fuéramos un sector tan desprotegido, veríamos a ver si hasta el Tribunal de Defensa de la Competencia no tomaba cartas en el asunto ante estas recomendaciones, recomendaciones que aconsejan adquirir un producto comercial a través de unas vías y no de otras. Como bien titulábamos: OTRA AGRESIÓN CONTRA LOS QUIOSCOS.
SEGUNDO ARGUMENTO: La información sobre los coleccionables más extensa y completa que adquiere el cliente interesado en una colección se obtiene, precisamente, a través del punto de venta. Como decíamos en la noticia de referencia, a través del quiosco se adquiere y se complementa toda la información que el cliente necesita conocer para saber si adquiere esos primeros números de la colección —lo habitual en este mes de septiembre—, o si se anima a completarla y llegar hasta el final.
Resulta escandaloso que las organizaciones de defensa del consumidor lleguen a recomendar buscar esta información por todos los medios posibles, ¡e incluyen al quiosco! No, señores de AVACU y CECU, es precisamente en el quiosco donde más información se suministra, tanto a través de la información de las propias promociones como a través de la que nos suministran los distribuidores. Y en los casos en los que no disponemos de esa información, —ante un cliente que quiere llevar a cabo la colección hasta el final— la preguntamos al distribuidor, de tal forma que el cliente queda totalmente informado en el 99% de los casos.
Eso sí, si una colección no está definida —informativamente hablando— desde su concepción, el quiosquero —tampoco San Pedro— puede hacer milagros. Son casos aislados de editores oportunistas que quieren subirse al carro del negocio, como existe en todos los sectores. También hay que decir que puede haber casos —y los hay— de puntos de venta poco o nada profesionales y con escasa seriedad a la hora de tratar estos productos, pero estos casos existen en todos los sectores comerciales y de servicios. De ahí a generalizar, constituye una falta de respeto hacia el sector.
TERCER ARGUMENTO: Suponemos que las organizaciones de defensa del consumidor, que han emitido estas recomendaciones para los clientes que adquieren los coleccionables, tendrán una profusa y suficiente cantidad almacenada de reclamaciones y de quejas, que hayan hecho necesaria esta información y que contenga una lógica derivación más garantista para que estos coleccionables se adquieran a través del correo —y que lleguen a cualquier pueblo o rincón de España directamente desde la empresa editora—, antes que por el quiosco del lugar. Sería interesantísimo conocer los datos y los porcentajes de las reclamaciones de los usuarios. Buscaremos la respuesta.
El próximo día vamos a informar —para que CECU y AVACU tengan otros elementos de juicio— sobre las situaciones que se producen cuando el cliente del punto de venta encarga una colección y tras muchos días o meses, termina no haciéndose cargo de ella o directamente no aparece por el quiosco. En estos casos, la distribuidora no se hace cargo de ninguna devolución. Son las colecciones “colgadas” que nos tragamos los quiosqueros. Y no son pocas.
Seguiremos opinando.
La Junta Directiva de la APVPVP
elkiosco.info[miércoles 5 de septiembre de 2007]
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