Noticia que me parece interesante de reproducir.
27-M: Santiago López,quiosquero y candidato
32 años, casado, padre de una niña y a la espera de un segundo hijo. Nuestro compañero Santiago López lleva al frente de su quiosco desde agosto de 2003. Y no sólo eso, sino que también regenta, con la inestimable ayuda de Begoña, su mujer, una librería-papelería a escasos metros. Con capacidad de trabajo y espíritu de superación archidemostrados, Santiago ha tenido arrestos para ponerse al frente de una candidatura municipal para las próximas elecciones del domingo 27.
Según los datos de que dispone elkiosco.info sería Santiago el único candidato a alcalde de toda la Comunidad Valenciana de profesión quiosquero. Encabeza la lista por Coalición Valenciana al Ayuntamiento de Godella, localidad situada a cinco kilómetros de la capital, que limita con Burjassot, Paterna, Bétera, Rocafort y el Cap i casal, y según datos de este mismo año cuenta con 13.440 habitantes.
Un quiosquero y candidato a alcalde, estarán de acuerdo con nosotros, no se ve todos los días, por ello elkiosco.info ha ido al encuentro de “el quiosquero candidato”, para que nos cuente cosas.
—Santiago, ¿cuáles son las razones que llevan a un vendedor de prensa a aceptar encabezar la lista por un partido no mayoritario y que, además, concurre por vez primera a unos comicios no ya en Godella, sino en la Comunidad Valenciana, como es Coalición Valenciana?
—Al estar en un sitio, como es un quiosco de prensa, donde acude mucha gente, donde amigos, vecinos, conocidos, gente de todo tipo y de toda condición aparecen por el establecimiento, te llegas a concienciar de la necesidad de hacer algo ante las quejas y protestas de lo que sucede a nuestro alrededor. Todo el mundo comenta los problemas cercanos y dice lo que haría para solucionarlos. Al pulsar este malestar y tener la oportunidad de representar a la gente del barrio —que nadie dude que yo me considero uno más—, he decidido presentarme para intentar cambiar algunas cosas que, sin duda, son mejorables. Y lo hago por la opción política que más coincide con mis opiniones políticas, como es Coalición Valenciana, un partido que defiende adecuadamente las ideas de los valencianos y, a nivel municipal, los intereses de la gente de la calle.
—La alternancia política en Godella, sin embargo, ha sido constante: PSOE, PP, PSOE, PP...
—Sí, es verdad… Parece que hay gente interesada en que nos acostumbremos a que los vecinos de Godella comamos o arroz al horno o paella, pero siempre arroz. Ya es hora de que los ciudadanos tengan la oportunidad de degustar otro menú.
—Sabido es que la vida de un quiosquero no es precisamente un camino de rosas, siendo, con toda probabilidad, la falta de tiempo uno de los principales déficits en la vida de un profesional. Santiago, ¿es posible encontrar huecos en la agenda personal para estar presente en la vida municipal?
—La verdad —hablo como candidato, claro está— es que no es nada fácil compaginarlo todo y se hace, en mi caso, robándole horas al sueño, al descanso, a los amigos, a los familiares... Pero son también ellos —amigos y familiares—, quienes me ayudan para sacar tiempo al tiempo. Mi mujer, a pesar de estar embarazada, me ayuda a cubrir todos los compromisos políticos que conlleva esta aventura en la que nos hemos embarcado. Pero, ya digo, es difícil compaginarlo todo porque, como sabemos los profesionales de la venta de prensa, el horario de un quiosco es muy prolongado y no te permite disponer de muchas horas tras la jornada diaria.
—Imaginemos que tras el 27-M eres elegido alcalde de Godella, ¿qué puede hacer un profesional vendedor de prensa por el resto de pequeños comerciantes del municipio?
—Los pequeños comerciantes echamos en falta un mayor número de ayudas de las administraciones públicas para paliar la enorme carga de problemas de todo tipo que soportan nuestros comercios. Sobrevivimos a base de mucha dedicación y mucho esfuerzo. Son muchas horas las que hay que dedicar a un negocio como un quiosco para que sea mínimamente rentable. Y yo creo que, desde el Ayuntamiento, se podrían canalizar, a través de un servicio integral, todas las posibles ayudas, subvenciones y proyectos que permitieran al pequeño comercio aprovechar el caudal de iniciativas y soluciones. También se debería liberar al pequeño comercio de determinados impuestos, ya que la presión fiscal que soportamos lleva a muchos trabajadores autónomos al cierre. Nosotros llevaremos al Ayuntamiento la aplicación de este tipo de medidas.
—Todos sabemos que un quiosco de prensa es uno de esos negocios donde más se oyen las quejas cotidianas de los parroquianos. ¿Te convierte ello en un observador privilegiado de la opinión de los ciudadanos?
—Claro que sí... El quiosco es un observatorio excepcional para pulsar la opinión de la gente sobre la realidad cotidiana. Tanto a nivel social, deportivo, cultural, de la prensa del corazón, como de la política. Aquí se oye de todo y se oye completamente todo. Si hay una idea en la calle o un sentir popular, el quiosco de prensa es el sitio donde más se comenta. Desde las seis y media de la mañana, el quiosco está a pie de calle recibiendo opiniones de la gente, gente de todas las sensibilidades políticas. En los bares, por ejemplo, se suele hablar más de fútbol, pero al quiosco llega todo tipo de opiniones del ama de casa, del jubilado, del obrero... Es bastante raro que alguien pase por esa puerta y no nos deje su opinión.
—Debido a la especial situación del punto de venta, muy cerca de un centro universitario, mucha gente joven es cliente de tu quiosco. ¿Sobre qué temas suelen hablar? ¿Crees que los jóvenes que están en período de formación académica les interesa la política y los problemas de los ciudadanos?
—Desgraciadamente, no. La gente joven no suele expresar y, por tanto, compartir sus opiniones cuando vienen al quiosco. Eso no quiere decir que no tengan opinión o que no se interesen por los temas sociales. Yo tengo treinta y pocos años, me considero joven y me intereso por la vida de mi pueblo. Suele ser la gente mayor la que está predispuesta. Han vivido épocas más difíciles y complicadas… Sin embargo, es la gente joven la que está obligada a superar ciertas dinámicas. Y entre esas dinámicas a superar está la de que los ciudadanos no nos limitemos a elegir entre el blanco y el negro… Existen otras posibilidades que no están sujetas a este guión. La gente de más edad plantea las cosas desde un punto de vista demasiado ideológico, mientras que a los jóvenes nos interesa más la solución de los problemas concretos.
—Decía el roquero Loquillo, en el título de una de sus canciones, que para ser feliz quería un camión... Un quiosquero y candidato a ser alcalde, ¿qué necesita para ser feliz?
—Para ser feliz, aparte de vivir —como vivo— en una zona tranquila y de tener una cierta calidad de vida, sólo necesito —y es lo que pretendo— poder salir a la calle y que la gente me salude, que no me guarden rencor por estar en un determinado partido político, que respeten mis ideales aunque no coincidan con los de ellos; en definitiva, ser una persona corriente como lo son todos los vecinos y conocidos de mi barrio, como lo son todas las personas que acuden al quiosco. Pretendo ser un ciudadano apreciado, que aprecia a los demás y que, si el voto de mis conciudadanos me da la oportunidad de llegar al Ayuntamiento, satisfacer las aspiraciones legítimas de la gente del barrio.
—De las medidas que nuestros gobernantes han tomado en los últimos años, ¿cuál crees que ha sido la más conflictiva para los intereses del quiosco de prensa?
—La situación más conflictiva —y creo coincidir plenamente con todos los compañeros del sector— que hemos padecido en los quioscos de Valencia y de toda España ha sido el varapalo de la “Ley antitabaco”. Una ley que, sin duda, ha ido contra los intereses de los quiosqueros. La “Ley antitabaco” nos ha hecho muchísimo daño. El beneficio que teníamos con el tabaco, ciertamente, no era grande, pero este producto constituía un gancho importante, tiraba de otros productos. La gente entraba por tabaco y se llevaba revistas, caramelos... Si ya de por sí, el quiosco estaba en una situación precaria, con la entrada en vigor de la nueva legislación, el daño se incrementó.
● ● ●
El próximo domingo los ciudadanos tenemos una cita con las urnas. Para Santiago López, además, será un test con el que podrá comprobar el grado de apoyo de sus vecinos. Alguien podría pensar que si, por fin, logra su objetivo se enfrentará a problemas de profundísimo calado y situaciones harto difíciles. “Les haré frente con decisión”, asegura. Tiene escuela: regentar un quiosco no requiere menor pericia.
elkiosco.info[martes 22 de mayo de 2007]
32 años, casado, padre de una niña y a la espera de un segundo hijo. Nuestro compañero Santiago López lleva al frente de su quiosco desde agosto de 2003. Y no sólo eso, sino que también regenta, con la inestimable ayuda de Begoña, su mujer, una librería-papelería a escasos metros. Con capacidad de trabajo y espíritu de superación archidemostrados, Santiago ha tenido arrestos para ponerse al frente de una candidatura municipal para las próximas elecciones del domingo 27.
Según los datos de que dispone elkiosco.info sería Santiago el único candidato a alcalde de toda la Comunidad Valenciana de profesión quiosquero. Encabeza la lista por Coalición Valenciana al Ayuntamiento de Godella, localidad situada a cinco kilómetros de la capital, que limita con Burjassot, Paterna, Bétera, Rocafort y el Cap i casal, y según datos de este mismo año cuenta con 13.440 habitantes.
Un quiosquero y candidato a alcalde, estarán de acuerdo con nosotros, no se ve todos los días, por ello elkiosco.info ha ido al encuentro de “el quiosquero candidato”, para que nos cuente cosas.
—Santiago, ¿cuáles son las razones que llevan a un vendedor de prensa a aceptar encabezar la lista por un partido no mayoritario y que, además, concurre por vez primera a unos comicios no ya en Godella, sino en la Comunidad Valenciana, como es Coalición Valenciana?
—Al estar en un sitio, como es un quiosco de prensa, donde acude mucha gente, donde amigos, vecinos, conocidos, gente de todo tipo y de toda condición aparecen por el establecimiento, te llegas a concienciar de la necesidad de hacer algo ante las quejas y protestas de lo que sucede a nuestro alrededor. Todo el mundo comenta los problemas cercanos y dice lo que haría para solucionarlos. Al pulsar este malestar y tener la oportunidad de representar a la gente del barrio —que nadie dude que yo me considero uno más—, he decidido presentarme para intentar cambiar algunas cosas que, sin duda, son mejorables. Y lo hago por la opción política que más coincide con mis opiniones políticas, como es Coalición Valenciana, un partido que defiende adecuadamente las ideas de los valencianos y, a nivel municipal, los intereses de la gente de la calle.
—La alternancia política en Godella, sin embargo, ha sido constante: PSOE, PP, PSOE, PP...
—Sí, es verdad… Parece que hay gente interesada en que nos acostumbremos a que los vecinos de Godella comamos o arroz al horno o paella, pero siempre arroz. Ya es hora de que los ciudadanos tengan la oportunidad de degustar otro menú.
—Sabido es que la vida de un quiosquero no es precisamente un camino de rosas, siendo, con toda probabilidad, la falta de tiempo uno de los principales déficits en la vida de un profesional. Santiago, ¿es posible encontrar huecos en la agenda personal para estar presente en la vida municipal?
—La verdad —hablo como candidato, claro está— es que no es nada fácil compaginarlo todo y se hace, en mi caso, robándole horas al sueño, al descanso, a los amigos, a los familiares... Pero son también ellos —amigos y familiares—, quienes me ayudan para sacar tiempo al tiempo. Mi mujer, a pesar de estar embarazada, me ayuda a cubrir todos los compromisos políticos que conlleva esta aventura en la que nos hemos embarcado. Pero, ya digo, es difícil compaginarlo todo porque, como sabemos los profesionales de la venta de prensa, el horario de un quiosco es muy prolongado y no te permite disponer de muchas horas tras la jornada diaria.
—Imaginemos que tras el 27-M eres elegido alcalde de Godella, ¿qué puede hacer un profesional vendedor de prensa por el resto de pequeños comerciantes del municipio?
—Los pequeños comerciantes echamos en falta un mayor número de ayudas de las administraciones públicas para paliar la enorme carga de problemas de todo tipo que soportan nuestros comercios. Sobrevivimos a base de mucha dedicación y mucho esfuerzo. Son muchas horas las que hay que dedicar a un negocio como un quiosco para que sea mínimamente rentable. Y yo creo que, desde el Ayuntamiento, se podrían canalizar, a través de un servicio integral, todas las posibles ayudas, subvenciones y proyectos que permitieran al pequeño comercio aprovechar el caudal de iniciativas y soluciones. También se debería liberar al pequeño comercio de determinados impuestos, ya que la presión fiscal que soportamos lleva a muchos trabajadores autónomos al cierre. Nosotros llevaremos al Ayuntamiento la aplicación de este tipo de medidas.
—Todos sabemos que un quiosco de prensa es uno de esos negocios donde más se oyen las quejas cotidianas de los parroquianos. ¿Te convierte ello en un observador privilegiado de la opinión de los ciudadanos?
—Claro que sí... El quiosco es un observatorio excepcional para pulsar la opinión de la gente sobre la realidad cotidiana. Tanto a nivel social, deportivo, cultural, de la prensa del corazón, como de la política. Aquí se oye de todo y se oye completamente todo. Si hay una idea en la calle o un sentir popular, el quiosco de prensa es el sitio donde más se comenta. Desde las seis y media de la mañana, el quiosco está a pie de calle recibiendo opiniones de la gente, gente de todas las sensibilidades políticas. En los bares, por ejemplo, se suele hablar más de fútbol, pero al quiosco llega todo tipo de opiniones del ama de casa, del jubilado, del obrero... Es bastante raro que alguien pase por esa puerta y no nos deje su opinión.
—Debido a la especial situación del punto de venta, muy cerca de un centro universitario, mucha gente joven es cliente de tu quiosco. ¿Sobre qué temas suelen hablar? ¿Crees que los jóvenes que están en período de formación académica les interesa la política y los problemas de los ciudadanos?
—Desgraciadamente, no. La gente joven no suele expresar y, por tanto, compartir sus opiniones cuando vienen al quiosco. Eso no quiere decir que no tengan opinión o que no se interesen por los temas sociales. Yo tengo treinta y pocos años, me considero joven y me intereso por la vida de mi pueblo. Suele ser la gente mayor la que está predispuesta. Han vivido épocas más difíciles y complicadas… Sin embargo, es la gente joven la que está obligada a superar ciertas dinámicas. Y entre esas dinámicas a superar está la de que los ciudadanos no nos limitemos a elegir entre el blanco y el negro… Existen otras posibilidades que no están sujetas a este guión. La gente de más edad plantea las cosas desde un punto de vista demasiado ideológico, mientras que a los jóvenes nos interesa más la solución de los problemas concretos.
—Decía el roquero Loquillo, en el título de una de sus canciones, que para ser feliz quería un camión... Un quiosquero y candidato a ser alcalde, ¿qué necesita para ser feliz?
—Para ser feliz, aparte de vivir —como vivo— en una zona tranquila y de tener una cierta calidad de vida, sólo necesito —y es lo que pretendo— poder salir a la calle y que la gente me salude, que no me guarden rencor por estar en un determinado partido político, que respeten mis ideales aunque no coincidan con los de ellos; en definitiva, ser una persona corriente como lo son todos los vecinos y conocidos de mi barrio, como lo son todas las personas que acuden al quiosco. Pretendo ser un ciudadano apreciado, que aprecia a los demás y que, si el voto de mis conciudadanos me da la oportunidad de llegar al Ayuntamiento, satisfacer las aspiraciones legítimas de la gente del barrio.
—De las medidas que nuestros gobernantes han tomado en los últimos años, ¿cuál crees que ha sido la más conflictiva para los intereses del quiosco de prensa?
—La situación más conflictiva —y creo coincidir plenamente con todos los compañeros del sector— que hemos padecido en los quioscos de Valencia y de toda España ha sido el varapalo de la “Ley antitabaco”. Una ley que, sin duda, ha ido contra los intereses de los quiosqueros. La “Ley antitabaco” nos ha hecho muchísimo daño. El beneficio que teníamos con el tabaco, ciertamente, no era grande, pero este producto constituía un gancho importante, tiraba de otros productos. La gente entraba por tabaco y se llevaba revistas, caramelos... Si ya de por sí, el quiosco estaba en una situación precaria, con la entrada en vigor de la nueva legislación, el daño se incrementó.
● ● ●
El próximo domingo los ciudadanos tenemos una cita con las urnas. Para Santiago López, además, será un test con el que podrá comprobar el grado de apoyo de sus vecinos. Alguien podría pensar que si, por fin, logra su objetivo se enfrentará a problemas de profundísimo calado y situaciones harto difíciles. “Les haré frente con decisión”, asegura. Tiene escuela: regentar un quiosco no requiere menor pericia.
elkiosco.info[martes 22 de mayo de 2007]
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