Los quiosqueros afectados por la obra del metro han tenido que pedir dinero a sus familias para poder seguir viviendo. Hoy inician una huelga de hambre
ROCÍO P. LLAMAS. MÁLAGA La situación de los quiosqueros de la Avenida Velázquez se ha vuelto, en palabras de los propios protagonistas, insoportable. Son tres los quioscos que han visto como sus negocios han sido "encajonados" literalmente por las obras del metro de la línea 2. Los afectados por esta situación se ven obligados a apretar un poco más las tuercas a la Junta de Andalucía y hoy tienen previsto iniciar una huelga de hambre a las 10.30 horas en la puerta de la Delegación de Gobierno de la Junta en Málaga.Josefa Gálvez, propietaria de uno de los quioscos afectados, afirma que la situación es insufrible, "debo dinero por todas partes, la hipoteca, Hacienda, el impuesto del suelo o el de autónomos". Josefa tiene dos hijas pequeñas y al estar separada su sueldo es el único dinero que hay para sufragar todos los gastos que una casa puede tener. Aunque ha pedido dinero a su familia, esta situación no puede durar siempre. "No pido un sueldo, sino una ayuda para poder tirar con todos los gastos. Estoy ahogada de deudas y la Junta no quiere ayudarnos" afirma, unos gastos que al principio pudo ir cubriendo con los ahorros que tenía pero que al final se agotaron.Jerónimo Núñez, el presidente de la Asociación de Vendedores de Prensa de Málaga y provincia (AKIMA), es rotundo en este tema. Desde la asociación piden que la Junta se haga cargo del pago de los impuestos durante el tiempo que duren las obras del metro.Sin respuesta. AKIMA ha mantenido varias reuniones con el director de la Oficina del Metro, Enrique Urkijo; con la portavoz del PSOE, Marisa Bustinduy, con el parlamentario socialista andaluz Luciano Alonso; e incluso durante la feria de agosto pudieron trasladar estas peticiones al consejero de la Presidencia, Gaspar Zarrías. Sin embargo, la respuesta es siempre la misma o mejor dicho la no-respuesta, pues la Junta de Andalucía no ha contestado la petición de estos quiosqueros y ni siquiera les han propuesto una solución viable.Otro de los quiosqueros afectados es Antonio Reyes. Su situación, aunque parecida a la de Josefa, puede llegar a ser incluso más grave. Antonio, también con un hijo de dos años, tuvo que verse obligado a cerrar el quiosco el pasado mes de agosto pues las ventas eran nulas y las deudas se amontonaban. Antonio que vivía de alquiler tuvo que irse a vivir con su padre, el cual tuvo que correr con los gastos de las facturas. El quiosco de Antonio ha sufrido muchos desperfectos causados por las máquinas que trabajan en la obra del metro, pero la Junta no se hace cargo de los gastos.Y es que gestionar un quiosco no es fácil. Conlleva más gastos de lo que la mayoría de ciudadanos piensan. Los quioscos son tratados como pequeños comercios que ocupan la vía pública, por lo cual deben de pagar un mínimo de 1.300 euros al año. Además de esto, los quiosqueros deben pagar la luz, la licencia fiscal o los impuestos tributarios, como el de autónomos.Los quiosqueros llevan más de cinco meses sufriendo las consecuencias de una obra que más que beneficios, por ahora, les está trayendo mucho quebraderos de cabeza. El anterior delegado de Obras Públicas, Emiliano De Cara Sáez, intentó solucionar este problema pero sin embargo Urkijo, por el momento, no ve muy viable subvencionar la situación por la que pasan estas familias.Con la huelga de hambre que van a llevar a cabo estos quiosqueros sólo cabe esperar que la Junta de Andalucía finalmente busque una solución para un colectivo que, además, sufre una masificación pues en Málaga se superan los 400 quioscos.
ROCÍO P. LLAMAS. MÁLAGA La situación de los quiosqueros de la Avenida Velázquez se ha vuelto, en palabras de los propios protagonistas, insoportable. Son tres los quioscos que han visto como sus negocios han sido "encajonados" literalmente por las obras del metro de la línea 2. Los afectados por esta situación se ven obligados a apretar un poco más las tuercas a la Junta de Andalucía y hoy tienen previsto iniciar una huelga de hambre a las 10.30 horas en la puerta de la Delegación de Gobierno de la Junta en Málaga.Josefa Gálvez, propietaria de uno de los quioscos afectados, afirma que la situación es insufrible, "debo dinero por todas partes, la hipoteca, Hacienda, el impuesto del suelo o el de autónomos". Josefa tiene dos hijas pequeñas y al estar separada su sueldo es el único dinero que hay para sufragar todos los gastos que una casa puede tener. Aunque ha pedido dinero a su familia, esta situación no puede durar siempre. "No pido un sueldo, sino una ayuda para poder tirar con todos los gastos. Estoy ahogada de deudas y la Junta no quiere ayudarnos" afirma, unos gastos que al principio pudo ir cubriendo con los ahorros que tenía pero que al final se agotaron.Jerónimo Núñez, el presidente de la Asociación de Vendedores de Prensa de Málaga y provincia (AKIMA), es rotundo en este tema. Desde la asociación piden que la Junta se haga cargo del pago de los impuestos durante el tiempo que duren las obras del metro.Sin respuesta. AKIMA ha mantenido varias reuniones con el director de la Oficina del Metro, Enrique Urkijo; con la portavoz del PSOE, Marisa Bustinduy, con el parlamentario socialista andaluz Luciano Alonso; e incluso durante la feria de agosto pudieron trasladar estas peticiones al consejero de la Presidencia, Gaspar Zarrías. Sin embargo, la respuesta es siempre la misma o mejor dicho la no-respuesta, pues la Junta de Andalucía no ha contestado la petición de estos quiosqueros y ni siquiera les han propuesto una solución viable.Otro de los quiosqueros afectados es Antonio Reyes. Su situación, aunque parecida a la de Josefa, puede llegar a ser incluso más grave. Antonio, también con un hijo de dos años, tuvo que verse obligado a cerrar el quiosco el pasado mes de agosto pues las ventas eran nulas y las deudas se amontonaban. Antonio que vivía de alquiler tuvo que irse a vivir con su padre, el cual tuvo que correr con los gastos de las facturas. El quiosco de Antonio ha sufrido muchos desperfectos causados por las máquinas que trabajan en la obra del metro, pero la Junta no se hace cargo de los gastos.Y es que gestionar un quiosco no es fácil. Conlleva más gastos de lo que la mayoría de ciudadanos piensan. Los quioscos son tratados como pequeños comercios que ocupan la vía pública, por lo cual deben de pagar un mínimo de 1.300 euros al año. Además de esto, los quiosqueros deben pagar la luz, la licencia fiscal o los impuestos tributarios, como el de autónomos.Los quiosqueros llevan más de cinco meses sufriendo las consecuencias de una obra que más que beneficios, por ahora, les está trayendo mucho quebraderos de cabeza. El anterior delegado de Obras Públicas, Emiliano De Cara Sáez, intentó solucionar este problema pero sin embargo Urkijo, por el momento, no ve muy viable subvencionar la situación por la que pasan estas familias.Con la huelga de hambre que van a llevar a cabo estos quiosqueros sólo cabe esperar que la Junta de Andalucía finalmente busque una solución para un colectivo que, además, sufre una masificación pues en Málaga se superan los 400 quioscos.
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